De vez en cuando hago referencia al sinnúmero de mensajes que nos llegan al correo de MNBC. Los hay de todo tipo, aunque abundan los de cónyuges de bikers que se quejan de lo fuerte que les ha dado a sus maridos. Esas misivas son las más delicadas y requieren respuestas muy medidas, en la línea de que la cosa se pasa y que, normalmente, coincide con las distintas crisis que atravesamos los varones a lo largo de nuestra existencia, con sus puntos álgidos hacia los cuarenta y, últimamente, con mayor intensidad, hacia los cincuenta. Dicho lo cual, también es cierto que las señoras que nos escriben tienen su buena parte de razón y que alguno se lo debería hacer mirar.
En fin, no quería extenderme hoy en este punto. Sin más, quería decir que nos escriben correos en los que hay de todo: tiernos mensajes de agradecimiento, preguntas, sugerencias, felicitaciones, algún que otro cabreo...
Lo que no nos había pasado nunca es que nos enviaran una ¡¡¡empanada biker!!! Pues sí, así ha sido. El sábado de la semana pasada llegó a nuestro domicilio social una deliciosa empanada biker de la que, por supuesto, ya hemos dado buena cuenta.
No voy a revelar la identidad de la cocinera. Solo diré que es la mujer de una de nuestras viejas glorias, uno de esos bikers de MNBC que ya forman parte de la leyenda.
No digo más. Bueno, sí: ¡la empanada estaba buenísima!
¡Muchísimas gracias!
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