El tema de la entrada de hoy viene a cuento de que la decisión del que suscribe de comprarse una gravel ha sido objeto de algunas críticas aviesas, que han derivado en la construcción de un relato que no se atiene a la verdad de las cosas. Que si el gravel es una mala evolución del MTB, un quiero y no puedo, un frustrado mestizaje ciclista que a ninguna parte conduce... Todo esto y mucho más se puede escuchar en los mentideros de bikers y carreteros. Pero la realidad es otra: el primer ciclismo que practicó el ser humano fue el gravel. Es un hecho.
A las fotos me remito y tampoco voy a argumentar mucho más. Si alguno quiere argumentos, en culturadepedal.com (magnífico blog, por cierto) hay un artículo muy interesante al respecto, que viene a decir lo mismo que sostengo aquí: "¿Qué es esto del gravel?".
Dicho todo lo cual, que cada uno ruede como más le mole. A mí el gravel me está haciendo disfrutar como gorrino en lodazal. En estas crisis que nos aquejan en la década de los cincuenta palos, el gravel ha sido para mí un reencontrarme con la esencia del ciclista que llevo dentro, una vuelta a los orígenes, una identificación con el ciclismo primigenio. Lo cual no quita para que, cuando en MNBC vamos a rutas más trialeras o las condiciones meteorológicas lo aconsejan, coja mi MTB, con la que también disfruto como un gorrino.
Viva la libertad y que cada biker aguante su rueda ;-)
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| Obsérvese el pitillo que va fumando el tercer gravelero. ¡Eran de otra pasta! |
