Cuando el grajo vuela bajo...

La sabiduría popular es muy sabia, valga la redundancia. Así que cuando en nuestras salidas empezamos a ver que los grajos ya no volaban tan alto como solían, empezamos a temernos lo peor. Bueno, lo peor no: lo que corresponde a esta época del año, que para eso estamos en invierno.

Las fotos que ilustran esta entrada están tomadas el domingo pasado, en la clásica ruta del Soto de Viñuelas. Como puede observarse en el detalle, había una capa de hielo en los charcos que, en algunos casos, superaba los tres centímetros. 

El invierno ya está aquí y hay que abrigarse, pero el frío no es óbice ni cortapisa para que sigamos saliendo. Solo los osobikers se han retirado a sus cuarteles de invierno, pero casi que mejor: menos aglomeraciones por los senderos ;-)

Furtibikers

No, no se trata de una nueva serie de Netflix. Furtibikers es a lo que estamos abocados al paso que va la burra: al furtivismo MTB.

La cosa se está poniendo seria, y como siga así la cosa, no nos van a quedar senderos (ni trochas) por los que podamos pedalear sin infringir alguna norma. Respecto a la dudosa legalidad de lo que se está aprobando y de las batallas que están librando voluntarios de asociaciones tan encomiables como IMBA-España, tenéis abundante información en su página web. 

El último ataque al colectivo MTB, en este caso por parte de Patrimonio Nacional, se ha producido en nuestro querido Monte de El Pardo. Como ya ha publicado MTBYMÁS, en el Monte de El Pardo han plantado una serie de postes que limitan la circulación de bikers por algunos de los mejores senderos para la práctica del MTB. ¿Qué hemos hecho para merecer esto? 

No niego que haya bikers descerebrados (como hay descerebrados en todo colectivo), pero mi experiencia, de unos cuantos años ya, es que la tónica general entre los practicantes de nuestro deporte es un exquisito respeto al entorno natural y a aquellos a los que nos une el amor a la naturaleza: senderistas, jinetes, country-runners... Las instituciones públicas parecen obsesionadas con convertir el campo en una especie de museo, y dedican muchas energías y dinero (nuestro, claro) a prohibir, prohibir, prohibir, mientras que no acaban de combatir como es debido execrables situaciones como la que denunciamos aquí en su día. Les recomiendo que repasen la entrada "¡Vergonzoso!" y vuelvan a pasarse por el sitio en cuestión para comprobar que, ocho meses después, la mierda (sin perdón) vuelve a invadirlo todo.

Como bien dicen nuestros compañeros bikers de MTBYMÁS, somos un colectivo que no ve más allá de la próxima salida. Quizás haya llegado el momento de dejar la poltrona y empezar a moverse.

¡Ahí estaremos!

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