sábado, 25 de febrero de 2012

Calentando motores


El viernes pasado, concluida la última jornada laboral de la semana, me tomé como acostumbro un bocadillo y salí a pedalear por el Monte de El Pardo. Por diversos motivos, mis compañeros habituales de los viernes -Julio y/o Héctor- no pudieron venir, con lo que salí solo (mejor solo que no salir, está claro). Me encontré, no obstante, a Jose, un joven biker al que conocí en el grupo de Biketown que fuimos a Valdemorillo. Hicimos juntos una parte de nuestros trayectos y después de una gozosísima bajada desde la fuente de Valpalomero, se separaron nuestros caminos: yo, con un poco de prisa, de vuelta a Montecarmelo por la Quinta. Ya fuera de la tapia del Monte de El Pardo, enfilando las pistas que llegan hasta el carril bici, pude ver almendros... ¡¡ya florecidos!! Este seco invierno (¡esperemos que empiece a llover pronto!; si no, los caminos van a parecer de Western) parece que empieza a dejar paso a la primavera. Es como si la naturaleza invitara a los bikers a ponerse de corto y a disfrutar de la que, en mi opinión, es la mejor época para el MTB; la naturaleza está que se sale y no hay que combatir los rigores invernales ni las deshidrataciones estivales.


Recuerdo que una vez le escuché decir a un biker que él era como los osos, que invernaba durante los meses de frío; se recluía en su casa-caverna y ya no volvía a coger la bici hasta la primavera. La verdad es que, con los materiales que hay hoy en día, si uno se forra bien, se puede pedalear muy a gusto hasta en la nieve. Respeto a los oso-bikers (es un planteamiento tan respetable como cualquier otro), pero yo soy biker "cuatro estaciones". En cualquier caso, aprovecho estas líneas para animar a todos los oso-bikers (en MNBC tenemos alguno) a ir sacando los culottes del cajón, que están floreciendo los almendros.

En MNBC ya estamos calentando motores para alguna actividad extraordinaria que tenemos en perspectiva. No tardará mucho (hay que ponerle fecha: se admiten sugerencias) la "Cercedilla Challenge": 60 km. desde Montecarmelo y vuelta a Pitis en el Cercanías. Animaos: no es para tanto y, piano piano, se hace sin grandes dificultades. El trayecto (por el Camino de Santiago y vías pecuarias) es una auténtica gozada. Esta primera "Challenge" servirá de preparación para el reto que nos hemos marcado para antes del verano: la "Segovia Challenge". Una vez llegados a Cercedilla, puerto de la Fuenfría y dejarse caer hasta Segovia; un total de 100 km. desde Montecarmelo. Puede parecer mucho, pero... ¡no hay que preocuparse!: hemos descubierto un bar en Cercedilla donde ponen unos bocatas de lomo con queso que resucitan a un biker y le dan el empujón final para subir la Fuenfría.

Seguiremos informando en cuanto concretemos la fecha de la "Cercedilla Challenge": ¡salid de vuestras cavernas, oso-bikers!




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