En la entrada de hoy no voy a tratar de nada relacionado con el MTB; al menos, no directamente. Indirectamente sí, porque voy a hablar de una historia de superación, y nuestro deporte -como todo deporte- va de eso, de superación.
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Esta semana Lopez ha estado en Madrid y he tenido el honor de conocerle y de conocer a su encantadora mujer, Brittany, capitana de las U.S. Air Forces, con la que se casó el pasado mes de septiembre. Venía como ponente del congreso Lo Que De Verdad Importa, un evento impresionante que ha reunido a cerca de dos mil jóvenes.
Lopez es una persona muy especial. Y en este caso, la realidad supera la imagen que uno se forma cuando lee el libro (que no tiene nada de ficción). Lopez es, en el buen sentido de la palabra, bueno, como diría Machado. Esa es la sensación que me ha dejado: un hombre bueno, sencillo, agradecido...
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Solo me queda animar a leer el libro. No deja a nadie indiferente. Copio a continuación una reseña que escribí en su día.
Correr para vivir
El gran milagro de los libros es que nos permiten
vivir de manera vicaria experiencias que difícilmente alcanzaríamos de otro
modo. Correr para vivir embarca al lector en la increíble aventura de Lopez Lomong, un
niño al que estuvieron a punto de convertir en soldado en Sudán —carne de cañón de una guerra fratricida—, y al que, sin embargo, la Providencia —Lopez cree en la Providencia, yo creo en la
Providencia— quiso darle una
vida nueva que sirviera para remover las conciencias de muchos.
Correr
para vivir es un relato autobiográfico,
contado desde una mirada limpia, casi ingenua, y tiene toda la fuerza de una
pintura naíf. La historia comienza el domingo en que unos soldados rebeldes
detienen sus camiones delante de la iglesia de campaña donde se estaba
celebrando la misa, irrumpen en la celebración y se llevan a todos los niños y
niñas que allí había. A Lopez lo arrancan de los brazos de su madre. Tenía seis
años. Aquel día se había acabado su infancia. Siguen los horrores del
campamento rebelde, la muerte de muchos de sus compañeros, la huida, nueve años
en un campo de refugiados de Kenia y el comienzo de una nueva vida en una
familia de acogida en un pueblecito del estado de Nueva York. Y durante todo
ese tiempo, correr y correr, correr tras el sueño de llegar a ser atleta
olímpico y defender los colores del país que le permitió volver a nacer. Sin desvelar
detalles, sí diré que el sueño se hizo realidad y que continúa, y que Lopez es
actualmente un atleta de élite habitual en el equipo nacional de Estados
Unidos.
El libro gustará a los aficionados al atletismo,
sin duda; y la descripción que se hace de una carrera de 1500, vuelta a vuelta,
les pondrá la piel de gallina. Pero el libro es mucho más que atletismo. El
libro son las cosas que damos por supuestas, sin pararnos a pensar en lo
afortunados que somos. Y al llegar a la última página, del corazón y de la boca
sale una única palabra: «Gracias».
tengo pendiente la lectura de este libro pero sin duda lo leeré. Me gusta esta entrada.
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