Ha pasado más de un mes desde que felicitamos a Julio a su vuelta de la Titan Desert. Ahora, con ese poso que, como al buen vino, dan el tiempo y la perspectiva, Julio desgrana sus impresiones con esa naturalidad no impostada que es el distintivo de los héroes. Julio nos ha abierto su mente y su corazón de biker en diez respuestas a diez preguntas. Aquí, en el blog de MNBC, el club del que es fundador y en el que se hizo biker: su casa.
Muchas gracias, Julio.
1.- La primera es
obligada: ¿qué hace un biker como tú en una prueba como esta?
Aprovechar la experiencia y conocerte mejor en esas
condiciones. Además, el punto que hace todo más intenso es vivirla en grupo.
Hay participantes que van solos. Yo nunca la habría hecho solo.
2.- ¿Qué predomina en
la Titan, lo "titan" o lo "desert"?
Definitivamente, lo “desert”. Personalmente no denominaría titanes a los
que la hacemos, aunque comercialmente queda muy bien. La carrera, para el 80%
de los que vamos, es una aventura: todos buscamos acabarla y, unos más que
otros, queremos también disfrutar de donde nos encontramos y de la oportunidad
que estamos teniendo. Lo que la hace especial es que cada etapa es diferente. Mi
experiencia, y me atrevería a decir que la de todos, es que, desde el primer al
último día, te levantas con ganas de montarte en la bicicleta y de vivir lo que
venga.
3.- ¿Lo mejor?
Sin duda, la carrera y su organización. Como he comentado antes, mi forma de
afrontarlo ha sido de aventura y de vivir cada etapa como algo nuevo y
diferente: montaña, etapa maratón, desierto y arena, dunas, etc., y además
vivirlo con el grupo que íbamos, tanto durante las etapas como después, cuando
ya llegas al campamento.
4.- ¿Lo peor?
Diría que lo menos apetecible es la parte de tener que dormir en jaimas.
Para la organización es parte de la aventura, para mí una autentica
incomodidad: arena, viento, desorden, todos los ruidos que te puedas imaginar…
5.- ¿Qué cambiarías?
Pasaría alguna noche en algo similar a un hotel. Logísticamente hay etapas
que solo se pueden organizar durmiendo en tiendas, pero otras sí tienen
alternativas.
6.- ¿Hubo algún
momento de crisis? Dicho de otro modo: ¿en algún momento te preguntaste qué
c... estoy haciendo yo aquí?
Rotundamente, no. Antes de ir hay que trabajar en la preparación física, 3
meses antes, pero tan importante, o quizás más, es la parte mental. La preparación física es seguir un programa sobradamente probado. Si semanalmente
haces aproximadamente 300 km, con salidas de 80 a 100 km, la carrera la terminas
sin mayores dificultades. La preparación mental depende de cada uno, pero lo
que tienes que tener claro es que nunca puedes pensar “¿qué estoy haciendo aquí?”,
ni que abandonar es una alternativa. A mí me ayudo “estudiar” algo cada etapa:
kilómetros de subida, inclinación, kilómetros de llano, kilómetros de arena,
etc., y, durante las etapas, descansar en los puntos de avituallamiento, hablar
con tus compañeros, disfrutar de lo que ves, no forzar el ritmo, y evitar
pensar en los kilómetros que te quedan.
7.- ¿Cómo se gestiona
un bono-bici para irse una semana a Marruecos?
[Se ríe] Eso ya depende de cada uno. En mi caso, demostrar que lo tenía muy
claro y que era importante para mí. Ellas tienen mucha intuición y son muy rápidas
en ver si hay alguna debilidad, y entonces…, se acabó.
8.- ¿Cómo se prepara
un biker de cincuenta y pico palos para acabar con semejante dignidad una Titan
Desert?
Si tu objetivo es acabar y disfrutar, la edad tiene una importancia relativa.
Este año, el participante más “sabio” en acabarla tenía 71 años. Aunque ya
hemos hablado antes de la preparación, diría que en la parte física es necesaria la
regularidad en cuanto a los kilómetros que haces semanalmente, unos 300, y
procurar hacerlos manteniendo un ritmo cardíaco “medio”, lo que se llama ritmo
CE, continuo extensivo, en mi caso un máximo de 140 pulsaciones por minuto, combinándolo
con algo en CI, continuo intensivo, en mi caso un máximo de 160 pulsaciones por
minuto. En definitiva, evitar llegar agotado con cada salida. Para aprender
todo esto me ayudé de un preparador personal, que aunque no es imprescindible,
a mí me sirvió bastante: me hacía un seguimiento semanal, me obligaba a cumplir
los programas de entrenamiento, y luego veíamos mensualmente cómo iba
mejorando. Además, me hice un test de esfuerzo para ver dónde estaban mis
niveles cardíacos de CE y CI. Respecto a tus hábitos en casa, no es necesario hacer
ningún cambio radical, cuidar algo lo que comes y añadir alguna salida más, y
de mayor duración, el fin de semana.
9.- ¿Qué le dirías a
un biker que se lo está pensando?
Que se ponga a entrenar igual que si lo tuviese decidido. No hay peor
excusa que decir “no me ha dado tiempo a prepararme”. Además, en casa tienen
que ver que lo tienes decidido y que te lo tomas en serio. También me
inscribiría cuando abran el plazo. Esto supone desembolsar una parte de la
inscripción, pero la organización te da la alternativa de pagar un seguro para
poder recuperar todo, o parte, si
decides no ir.
10.- ¿Repetirás?
No. Mi motivación era la de descubrir y vivir la experiencia, y eso ya lo
tengo.
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