Nadie en su sano juicio niega los peligros de adicción que tiene Strava. No hay más que introducir en el buscador de Google las palabras "Strava addiction" o "Adicción Strava" para acceder a un sinnúmero de artículos en inglés y en español, en los que se recogen algunos desgarradores testimonios de ciclistas y bikers que tuvieron que replantearse su relación con esta red social. La mayoría de los autores de los artículos coinciden en que la prueba del algodón es la respuesta que demos a la siguiente pregunta: "¿Tienes la sensación de que una salida sin Strava no merece la pena?"; o, dicho de otro modo: "¿Es más importante para ti el Strava que disfrutar de la ruta?". Si la respuesta a estas preguntas es afirmativa, háztelo mirar. Tienes un problema.
En MNBC nos preocupa tanto la salud física como la salud mental de nuestros bikers, y en los últimos tiempos hemos observado con enorme preocupación que un creciente número de ellos no dejan de hablar en nuestras salidas de KOMs, Legends y no sé qué cosas más (el que suscribe nunca ha sido, ni será, usuario de Strava), e incluso proponen desviar la ruta para hacer no sé qué segmento que debe de ser fundamental para su personal desarrollo madurativo como biker y como ser vivo. Digo yo.
En su día, publicamos un extenso artículo sobre los peligros del MTBOC (MTB Obsesivo Compulsivo). La adicción a Strava es un síntoma más de esa peligrosa obsesión. Recomendamos a nuestros bikers, seguidores y amigos que, si creen que pueden haber caído en las garras de esta sibilina adicción, no dejen de buscar ayuda especializada.
Disfrutemos de nuestras rutas por el maravilloso placer que comportan en sí mismas.
Un MTB sin Strava es posible.
#OtroMTBesPosible
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